VIVIR EL AYER



   Mis abuelos fueron ganaderos y agricultores de los que cada vez van quedando menos. Pequeños productores, que con sus pequeñas fincas y con amplios conocimientos que  fueron adquiriendo de  generaciones anteriores.  Esa ciencia que fue trasmitida de padres a hijos, bien en los propios "tajos" de trabajo, bien en las tertulias rurales en el "fresquito" de las noches de verano. Ellos, que no sin dificultad, propio de los rigores del campo, de precios injustos y de una siempre no apoyada agricultura de subsistencia, pudieron sacar a sus familias adelante, ejerciendo en su época un importante papel socioeconómico, ambientaly cultural, quien no recuerda en cualquier pueblo de nuestra Andalucía, esas mañanas, en cualquier bar, punto de encuentro a un hervidero de "jornaleros", para dar sus peonadas, bien en la aceituna, bien en los limoneros, en la huerta, etc. Hoy el campo agoniza y  me recreo en la nostalgia de mi niñez, rodeados de estos campesinos rudos, con la piel cuarteada por la acción del sol y del terral, en estas tierras arcillosas, hombres y mujeres con escasos conocimientos de tecnología, de consumismo, de marcas, personas que marcaban el tiempo mirando al sol, y marcaban el clima mirando las estrellas.

  
Nuestros  antepasados fueron capaces de vivir sus vidas y de dar lo mejor a las generaciones que venían. Los bienes materiales con que contaban fueron escasos; las vicisitudes y  los esfuerzos, más que notables. Pero de algún modo, en aquel universo sobrio en opciones si se compara con el actual, supieron localizar dónde manaba la fuente de la humanidad para beber y deleitarse con sus aguas: Hospitalidad, lealtad, honradez, sencillez, naturaleza,  con todos estos ingredientes la frugalidad pierde su connotación negativa: no se sentían vacíos de entrada. Hoy la técnica exprime a la naturaleza sus más recónditos recursos. Alimentos de todo el planeta llegan a nuestros mercados y se nos brinda acceso instantáneo a cualquier información o entretenimiento virtual. Pero a menudo no acabamos de sentirnos satisfechos. Tal vez porque, entre tanta oferta, es difícil apreciar lo esencial,

   Se diría que la globalización, por otra parte, no conduce a que todos nos encontremos en la punta de la pirámide del progreso. Es más un viento que atenúa contrastes. 

  Vivir el ayer, invita a la reflexión, a la serenidad,  invita a intentar a absorber por todos nuestros poros lo bueno de aquella época  del pasado, para con valentía,  aplicarlo a nuestro tiempo...os invito este próximo fín de semana, donde compartiremos "S":


                       SENSACIONES
                       SALUD
                       SABOR
                       SABIDURIA
                       SOLIDARIDAD
                       SINERGIA



SABADO DÍA 25 DE MARZO: PARQUE HUELIN, MÁLAGA
DOMINGO DÍA 26 DE MARZO: BOULEVARD, CALA DE MIJAS







Si no podéis asistir, ya podéis hacer vuestro pedido a través de bobalenecologico.es y la semana que viene os lo llevo...muy fácil y cómodo, y para cualquier encargo o reserva telf, 608251668,

                                          JOSE MARÍA

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