¿que son las semillas híbridas?
Muchas veces, cuando nos compramos unas semillas, prestamos má atención al dibujo de la parte delantera del sobre que a otros detalles. Quizá no nos fijemos si en el paquete aparece escrito "F1" o el término "híbrido". Un híbrido es el resultado de un cruce de una variedad con polen de otra variedad determinada. El "criador" elige variedades progenitoras que producirán una primera generación de híbridos con características conocidas (híbridos F1). El cruce se realiza de forma muy controlada para que no exista la posibilidad de que el polen de otra variedad no deseada polinice las flores. Como resultado de la operación todas las plantas que se cultiven a partir de semillas híbrida serán genéticamente idénticas.
La hibridación se realiza a veces con el fín de las variedades híbridas se adapten mejor que las no híbridas a las condiciones adversas del entorno, como el calor, el frío, las enfermedades o la sequía. También tienen características más uniformes, por lo que es más fácil predecir la calidad de las cosechas. Además tienen un "vigor híbrido" y pueden crecer a mayor velocidad o ser más resistentes a las enfermedades que cualquiera de sus progenitores. Así mismo, no es posible que tengan un mayor rendimiento que las variedades polinizadas libremente. Sin embargo, las semillas que producen no dan lugar a plantas iguales que a sus progenitoras (híbridos F1). Por este motivo, el horticultor no puede recolectar semillas de plantas hibridas F1; las destinadas a cultivos de variedades híbridas deben comprarse año tras años en viveros o comercios especializados (a menos que uno desee tentar la suerte y cultivar unas cuantas a ver que pasa).
La sustitución de las variedades tradicionales por estas más modernas ha provocado una gran pérdida de biodiversidad agrícola. Miles de variedades se sustituyeron por unas pocas variedades comerciales (p.e. los tomates tradicionales son sabrosos y de múltiples formas y colores; las variedades modernas se limitan a tomates rojos, redondos y sin sabor). No sólo estamos perdiendo diversidad en sabores, formas y colores, o plantas con ciertas resistencias naturales, sino que también perdemos cualidades interesantes para los pequeños agricultores.
Las grandes compañías centran básicamente su investigación y desarrollo en estas semillas (y transgénicas), ya que no quieren destinar recursos económicos a desarrollar variedades tradicionales que se pueden autoreproducir. Salvaguardar las semillas tradicionales y la diversidad genetica queda en manos de los pequeños bancos de semillas campesinos/as, pero sobre todo de nosotros mismos a la hora de cultivar nuestros alimentos.
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