AGOSTO :   ROJA , FRESCA Y VITAMINADA


   Estamos en verano, y nos apetece tomar algo dulce que a la vez nos quite la sed y no engorde, envasado en un recipiente de un hermoso color que no deje pasar la luz, de tacto agradable, totalmente biodegradable y que mantenga fresco el interior incluso a pleno sol. Esto está inventado por la Naturaleza, ¡es una sandía!. Probemos a tener a mano una bien madura, par comerla en rodajas entre horas. Esta fruta era la reserva líquida para quienes tenían que cruzar el desierto, de hecho fue así como viajó y se extendió su cultivo desde África, donde la planta aprendió a proteger del sol con sus hojas los frutos redondos y oscuros.



   Al abrirla, su pulpa se ofrece roja y apetitosa, y se deshace en la boca como agua escarchada. Los viajeros la llevaron por todo el Mediterráneo cuando todavía no se fabricaban las crapulosas botellas de plásticos que hoy son una plaga. Esta ventaja de los extraordinarios envases podemos encontrarlas en todas las frutas, con el añadido de poder elegir diferentes formatos, texturas, colores y sobras a lo largo del año, distintas frutas para las diferentes estaciones. Y la sandía la tenemos aquí mismo, al lado de nuestra casa desde mayo a finales de agosto.
   

   La sandía, la citrillus lantus, contiene pocas calorías y un buen surtido de vitaminas A, B1, B2, B3, B6, C, además de fibra, potasio, calcio y fósforo. El color de su pulpa, que según variedades irá del rosado al rojo intenso, se debe al licopeno, estudiado por sus efectos antioxidantes y anticancerígenos, así como los efectos benéficos de las semillas, masticarlas es bueno para la salud de las próstata. Para su cultivo le gusta la tierra nutrida, el calor y el agua en su medida, porque si se cultiva en secano y al aire libre será más dulce y vitaminada. El buen agricultor ecológico la cogerá en sazón, cuando la parte que toca con la tierra está más clara y los zarcillos y las dos pequeñas hojas que acompaña al fruto están secos. El consumidor consciente la comprará local, y eligirá que pese, que esté turgente, y al golpearlas con los nudillos o darle una buena palmada sonará de un modo inolvidable, muy diferente a un fruto todavía verde.

Variedad sugar baby

   Estamos en pleno verano, época de sandías y decirles a nuestros oyentes que estén de vacaciones o los que no lo estén también, que viajar por la gastronomía es saborear ese paisaje, que donde estén pidan, variedades locales o de la zona que hay muchas como sandía negrita de Cádiz, sandía blanca, la rallada. Esa sandía toda corazón, toda sol y vitaminas y teníéndolas tan cerca, este próximo fín de semana en el mercadillo ecológico ¿porque nos la vamos a perder este verano?


                             

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