Alubias secas |
Sabías que las alubias secas son el alimento más antiguo que se conoce desde el Neolítico? De la gran familia de las leguminosas, nos aportan más proteína que la carne, y más calcio (85 frente a 11 de la carne de buey y 50 de los huevos). Son una gran fuente de fibra, de minerales, de oligoelementos y vitaminas, un conjunto que nos protege de las enfermedades. ¿Por qué no están entonces en nuestros menús diarios?
Puede ser por la ley del péndulo, ese oscilar de un extremo a otro que tenemos los humanos. De la escasez de postguerra, del mal recuerdo de aquellas monótonas alubias “de vigilia” –cuando los huevos con jamón se comían los domingos ¡y si eras padre!, y el pollo se criaba para comerlo en las fiestas o en una boda– se ha pasado al exceso contrario y al colesterol. También porque la calidad convencional ya no es la misma…
Planta de habichuelas |
De niños lo único que nos atraía de las alubias era el cuento de las alubias mágicas. Un niño que va al mercado a vender la vaca y en el camino la cambia por unas alubias mágicas… Cuando vuelve a casa le tratan de tonto y más. A los consumidores ecológicos nos han tratado así muchas veces. Pero a la mañana siguiente el niño descubría que las alubias habían crecido hasta las nubes. En cambio, los que se reían de lo ecológico se han encontrado con una comida de riesgo, llena de conservantes, grasas de baja calidad, colorantes, y además insulsa.Como niños esta sociedad de consumo ha hecho caso de los reclamos de “colorines” sin leer detenidamente los ingredientes ni lo que ocasionan.
Hemos crecido, y cada vez más jóvenes se acercan a conocer la buena cocina y a alimentarse bien. Alubias ecológicas, a granel, para todo el año, bien combinadas con verduras y cereales con toda la sabiduría y dignidad de la comida tradicional, bien entendida y bien compartida gracias a los ganaderos y agricultores ecológicos que la hace posible y además, cuidan el paisaje.
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