Invitación próximo mercadillo ecológico
EL CAMINO
Ana y yo hacía tiempo que no compartíamos espacio y mucho tiempo la verdad. Pero Zalea este fín de semana pasado fue para ambos el comienzo de una nueva relación. Hasta entonces éramos simplemente padre e hija, pero ahora somos también compañeros. Una misma llama había prendido nuestros corazones haciendo visible la afinidad, la familiaridad que trasciende le vínculo de la sangre y te hace sentir otro nivel de la familia en el que todos somos hermanos.
La experiencia de cocinar en casa de abuela Josefina, cantar con su abuela recordando nuestro pasado, nos hicieron recordar algunos momentos de los momentos vividos desde su nacimiento. Hablamos de ella y de mí, de nuestras inquietudes, de nuestros sueños... Yo tuve mucho cuidado de que la conversación fuese un intercambio entre iguales, un de "tú a tú" sin barreras que mantuviese el sentimiento de compañerismo alcanzado en estos momentos. No quería ejercer el papel de padre "sabelotodo" que pontifica desde su paternidad, sino el compañero de camino, el "colega" que tiene los mismos problemas que el otro.
Me acerqué a sus doce años y ella pudo hablar y yo pude entender. Así es como conocí su vocación:
- Quiero dedicarme a Bellas Artes: pintura, música...
Soltó la afirmación sin dilación, al llevar yo un rato recomendandole que estudiara, y que dejara a un lado la flauta y guitarra , para que no le restara tiempo... por eso, cuando lanzó la pregunta al aire sentí que su deseo no tenía nada que ver con mi sugerencia...
-Le insistí..
Y me golpeó:
... y si quieres que sea feliz -concluyó- ¡déjame hacer bellas artes, lo que me gusta!
Me quedé mudo unos minutos, más impresionado por cómo lo dijo que por lo que dijo. Hasta ese momento había pensado que la música, la pintura era un simple entretenimiento de adolescente y no el propósito de su vida. Recordé, que hace varios años teniendo una conversación con mi padre y previniendo los recortes en la administración pública, mi padre, me hizo una pregunta parecida...¿y ahora que,?, le dije que si no volvía a la administración, me gustaría vivir del campo, de Bobalén. Jamás pensé que mi deseo, expresado con ingenuidad, pudiera alterar tanto a mi padre: "¿agricultor? ¿ Es que te quieres morir de hambre?"...¡Debes volver a la Consejería de Medio Ambiente!, sentenció.
Conseguir no volver a la CMA, ni a otra oferta de trabajo de empresa privada, muy alejada de mi sentir, mi padre nunca vio con mal ojos mi afición por el campo, por la agricultura, y la pasión por lo rural, pero entiendo que su visión pesimista de la agricultura, auguraba para mí una profesión más "digna", por lo que no disimuló su antipatía ante mis decisión. No obstante seguí cultivando, con mis escasos medios (hasta la furgoneta de los primeros mercados, era prestada).
Este episodio de mi vida ha pasado como una película por mi memoria, ahora en el teclado mientras escribo en silencio. Las palabras de Ana, me han echo evocar aquel momento; su ilusión me ha parecido la mía y, por un instante, sentí que la historia se repite. Ella encarnaba a la joven atraída por una vocación en aparencia poco práctica y convencional, y yo el padre que había previsto algo distinto par su hija.
Guardé silencio con mi hija, y no le dije que sus palabras removieron en mi memoria una vieja sensación de sueños frustrado que, sin embargo, con el tiempo se ha transformado en la aceptación de aquellos hechos como convenientes para mi posterior desarrollo. En mi conciencia, mi padré pasó de su negativa a la aceptación que pueda vivir de mis raíces, y ello ha iluminado mi alma, coincidiendo con una época crucial en mi existencia. Acababa de romper con el mundo empresarial, al que estaba vinculado y me disponía a emprender una nueva andadura a partir de cero. Había cortado una trayectoria profesional cargada de realidades materiales, y también insatisfacciones del alma, sin saber a dónde iba, pero absolutamente seguro de dónde no quería estar. En definitiva dejaba atrás la seguridad material a cambio de un sueño. ¿Cómo explicarle a mi padre que sustituyo una profesión segura por mi sueño?...
Nos sentamos frente a frente en el "rancho", dónde pasé parte de mi infancia y sentados juntos, le confesé mi utopía. Le hable de lo que buscaba en la vida y de la fuerza que empujaba mi corazón; de lo que quería ser y vivir. Le dije que aquello que yo buscaba lo sentía como la razón de mi vida, como el propósito de mi existencia: campo, raíces, agricultura, entrega a los demás. y le dije, también, que para poderlo cumplir pedía su bendición.
No pude hablar más ni él pudo contestarme y un abrazo caluroso selló nuestra relación para siempre.
Embargado aún por la emoción del recuerdo, me dirijí a mi niña:
- Si quieres ser músico o bien pintora, cuenta conmigo, para lograrlo estoy dispuesto a apoyarte en todo lo que necesites: clases extras, equipos, , ¡todo lo necesario!
Me miró escéptica y me dijo:
-¿seguro?. En este momento soy la persona más feliz del mundo. ¡gracias! ¡gracias!
nos dimos un abrazo y con él trasmití toda mi fuerza y convencimiento para que se sumasen a los suyos. Aquello fue mi bendición.
Mi niña vivirá su sueño, como yo vivo el mío en compañía de cada uno de vosotros. Este mes de febrero hace un año que os cuento lo bueno de lo mio y de lo que suele ocurrir por estos lugares de bujeo y de campo, y vosotros me contáis lo bueno de vosotros, lo que os gustaría y compartimos sensaciones....en definitiva: Sí, vivo mi sueño.....mil gracias. JOSE MARÍA
OS ESPERO ESTE PRÓXIMO FIN DE SEMANA:
SABADO DÍA 8 FEBRERO: PASEO REDING MALAGA
DOMNGO DÍA 9 FEBRERO: MIJAS COSTAS
HORARIO 10 DE LA MAÑANA A 14,00
me podéis seguir en bobalenecologico.blogspot.com
ondaceromarbella(97.4) martes de 12,30 a 13,30
d
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Ana y yo hacía tiempo que no compartíamos espacio y mucho tiempo la verdad. Pero Zalea este fín de semana pasado fue para ambos el comienzo de una nueva relación. Hasta entonces éramos simplemente padre e hija, pero ahora somos también compañeros. Una misma llama había prendido nuestros corazones haciendo visible la afinidad, la familiaridad que trasciende le vínculo de la sangre y te hace sentir otro nivel de la familia en el que todos somos hermanos.
La experiencia de cocinar en casa de abuela Josefina, cantar con su abuela recordando nuestro pasado, nos hicieron recordar algunos momentos de los momentos vividos desde su nacimiento. Hablamos de ella y de mí, de nuestras inquietudes, de nuestros sueños... Yo tuve mucho cuidado de que la conversación fuese un intercambio entre iguales, un de "tú a tú" sin barreras que mantuviese el sentimiento de compañerismo alcanzado en estos momentos. No quería ejercer el papel de padre "sabelotodo" que pontifica desde su paternidad, sino el compañero de camino, el "colega" que tiene los mismos problemas que el otro.
Me acerqué a sus doce años y ella pudo hablar y yo pude entender. Así es como conocí su vocación:
- Quiero dedicarme a Bellas Artes: pintura, música...
Soltó la afirmación sin dilación, al llevar yo un rato recomendandole que estudiara, y que dejara a un lado la flauta y guitarra , para que no le restara tiempo... por eso, cuando lanzó la pregunta al aire sentí que su deseo no tenía nada que ver con mi sugerencia...
-Le insistí..
Y me golpeó:
... y si quieres que sea feliz -concluyó- ¡déjame hacer bellas artes, lo que me gusta!
Me quedé mudo unos minutos, más impresionado por cómo lo dijo que por lo que dijo. Hasta ese momento había pensado que la música, la pintura era un simple entretenimiento de adolescente y no el propósito de su vida. Recordé, que hace varios años teniendo una conversación con mi padre y previniendo los recortes en la administración pública, mi padre, me hizo una pregunta parecida...¿y ahora que,?, le dije que si no volvía a la administración, me gustaría vivir del campo, de Bobalén. Jamás pensé que mi deseo, expresado con ingenuidad, pudiera alterar tanto a mi padre: "¿agricultor? ¿ Es que te quieres morir de hambre?"...¡Debes volver a la Consejería de Medio Ambiente!, sentenció.
Conseguir no volver a la CMA, ni a otra oferta de trabajo de empresa privada, muy alejada de mi sentir, mi padre nunca vio con mal ojos mi afición por el campo, por la agricultura, y la pasión por lo rural, pero entiendo que su visión pesimista de la agricultura, auguraba para mí una profesión más "digna", por lo que no disimuló su antipatía ante mis decisión. No obstante seguí cultivando, con mis escasos medios (hasta la furgoneta de los primeros mercados, era prestada).
Este episodio de mi vida ha pasado como una película por mi memoria, ahora en el teclado mientras escribo en silencio. Las palabras de Ana, me han echo evocar aquel momento; su ilusión me ha parecido la mía y, por un instante, sentí que la historia se repite. Ella encarnaba a la joven atraída por una vocación en aparencia poco práctica y convencional, y yo el padre que había previsto algo distinto par su hija.
Guardé silencio con mi hija, y no le dije que sus palabras removieron en mi memoria una vieja sensación de sueños frustrado que, sin embargo, con el tiempo se ha transformado en la aceptación de aquellos hechos como convenientes para mi posterior desarrollo. En mi conciencia, mi padré pasó de su negativa a la aceptación que pueda vivir de mis raíces, y ello ha iluminado mi alma, coincidiendo con una época crucial en mi existencia. Acababa de romper con el mundo empresarial, al que estaba vinculado y me disponía a emprender una nueva andadura a partir de cero. Había cortado una trayectoria profesional cargada de realidades materiales, y también insatisfacciones del alma, sin saber a dónde iba, pero absolutamente seguro de dónde no quería estar. En definitiva dejaba atrás la seguridad material a cambio de un sueño. ¿Cómo explicarle a mi padre que sustituyo una profesión segura por mi sueño?...
Nos sentamos frente a frente en el "rancho", dónde pasé parte de mi infancia y sentados juntos, le confesé mi utopía. Le hable de lo que buscaba en la vida y de la fuerza que empujaba mi corazón; de lo que quería ser y vivir. Le dije que aquello que yo buscaba lo sentía como la razón de mi vida, como el propósito de mi existencia: campo, raíces, agricultura, entrega a los demás. y le dije, también, que para poderlo cumplir pedía su bendición.
No pude hablar más ni él pudo contestarme y un abrazo caluroso selló nuestra relación para siempre.
Embargado aún por la emoción del recuerdo, me dirijí a mi niña:
- Si quieres ser músico o bien pintora, cuenta conmigo, para lograrlo estoy dispuesto a apoyarte en todo lo que necesites: clases extras, equipos, , ¡todo lo necesario!
Me miró escéptica y me dijo:
-¿seguro?. En este momento soy la persona más feliz del mundo. ¡gracias! ¡gracias!
nos dimos un abrazo y con él trasmití toda mi fuerza y convencimiento para que se sumasen a los suyos. Aquello fue mi bendición.
Mi niña vivirá su sueño, como yo vivo el mío en compañía de cada uno de vosotros. Este mes de febrero hace un año que os cuento lo bueno de lo mio y de lo que suele ocurrir por estos lugares de bujeo y de campo, y vosotros me contáis lo bueno de vosotros, lo que os gustaría y compartimos sensaciones....en definitiva: Sí, vivo mi sueño.....mil gracias. JOSE MARÍA
OS ESPERO ESTE PRÓXIMO FIN DE SEMANA:
SABADO DÍA 8 FEBRERO: PASEO REDING MALAGA
DOMNGO DÍA 9 FEBRERO: MIJAS COSTAS
HORARIO 10 DE LA MAÑANA A 14,00
me podéis seguir en bobalenecologico.blogspot.com
ondaceromarbella(97.4) martes de 12,30 a 13,30
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