La hora de los transplantes

   Es principio de primavera y el comienzo de siembras y plantaciones, donde repicados y transplantes son operaciones frecuentes y aunque relativamente fáciles, requieren nuestra mayor atención y cuidado, pues estas plantitas se encuentran en sus primeras fases, y cualquier manejo puede dar al traste con una buena plantación, buen desarrollo y a posteriori una buena cosecha.

   Es primavera y aunque sigue lloviendo, ya se va notando las primeras fragancias de azahar y el campo se muestra con las distintas tonalidades verdes y con las precoces flores primaverales. En estas fechas de transición al huerto de primavera, los bancales se encuentran ocupados por las primeras siembras de invierno: Puerros, cebollas, lechugas, apio...  y van a ser acompañadas de nuevas siembras y plantaciones de tomates, berenjenas, pimientos, dejándolos pepinos, melones y sandías cuando la primavera esté más avanzada y que el sol caliente la tierra y no exista riesgos de heladas nocturnas.

Existen hortalizas que es mejor la siembra directa, como la zanahoria.




   Es hora de realizar en las plantas, que previamente hemos hecho en semillero las operaciones de de repicado o transplante, y el hacerlo bien, va incidir en el éxito de nuestro cultivo.

EL REPICADO.
   Consisten en arrancar las plantitas del semillero, cuando tienen entre 2  y 4 hojas y pasarlas a macetitas u otros recipientes, con compost, con el objetivo que enraicen bien y alcance mayor desarrollo, hasta que se hallen en condiciones de ser transplantadas a su lugar de desarrollo definitivo. Con el repicado lo que hacemos es sembrar en espacios reducidos, muy espeso y luego cuando llegue la hora "repicamos" las mejores plantas y la pasamos en recipientes más espaciosos para que alcancen su mejor desarrollo radicular y foliar, es muy utilizada en viveros con tomates, pimientos, lechugas etc.

Alveolos para siembra con cepellón de lechugas

   En cuanto a la operación del repicado, hay que hacerla con mucho cuidado, ya que las plantas se encuentran muy tiernas y sensibles. Por lo que previamente al repicado se realiza un riego a las plántulas,para que a la hora de sacarlas, las raíces no se vean forzadas y tengamos que ejercer menor presión sobre el tallo al tirar de las plantas. En cuanto al recipiente dónde vamos a instalar las plantas, es muy importante que al hacerlo las raicitas queden dirigidas hacia abajo y no torcidas, hacia arriba. Una vez hecho el repicado es aconsejable, colocar estos nuevos envases a la sombra durante, por lo menos un día, con objeto de que el sol no deshidrate las hojas.

EL TRANSPLANTE.

   Es la operación por la cual se traslada definitivamente a la huerta las plantas obtenidas directamente del semillero o bien aquellas desarrolladas después del repicado, cuando las condiciones atmosféricas y del suelo así lo permita. Es decir es "la plantación en sí", donde se desarrollarán y darán frutos. Algunas hortalizas suelen responder muy bien a esta operación, lechugas, cebollas y escarolas se encuentran entre ellas no requiriendo cuidado especiales, ahora bien, existen otras como tomates, pimientos, calabacín, son muy delicados y requieren un mínimo de cuidados para protegerlas, bien del sol intenso, o del frío nocturno o bien hay  que conservar una humedad constante en el suelo, para que las plantas no sufran en este proceso. También existen plantas que no soporta el transplante y por eso es mejor la siembra directa en lugar definitivo de desarrollo y posterior cosecha, hablamos de habas, zanahorias, nabos, rábanos, espinacas...etc.

Cepellón de acelga para transplantar

   En el transplante, también existen plantas que son fáciles de transplantar a raíz desnuda y si no le falta la humedad, arraigan muy bien, otras al ser más delicadas, hay que hacerlo con cepellón.
   Existe una máxima entre los hortelanos, que sembrar por la mañana y el transplante por la tarde, tiene su lógica, al sembrar por la mañana, la tierra durante el día se calienta y eso estimula la germinación de las semillas, no ocurre con el transplante, que el calor deshidratará a las pequeñas plantitas, al transplantar por la tarde la planta se reconfortará con el frescor de la noche  y amanecerá fresca y erguida.

A raiz desnuda.
   Cebollas, puerros y lechugas soportan muy bien este tipo de transplantes, uno de los únicos requisitos exigibles es que no transcurra mucho tiempo desde que las arrancamos del semillero hasta que la plantamos en la tierra, además del riego y la correcta humedad de la tierra, imprescindibles para el éxito del transplante. Si debe transcurrir un cierto período ente la extracción del semillero y su plantación, convendrá envolver las raíces en barro y liar con un paño húmedo. En otras plantas de hoja ancha como acelgas, conviene cortarles algunas hojas para que no exista un desequilibrio entre la parte aérea y raices. Existen otras como puerros y cebollas y apio que es conveniente recortar las raíces y tallos, aproximadamente 1/3 de los mismos, antes de ser transplantadas, es aconsejable, no imprescindible.  Al transplantar a raiz desnuda, nos ayudaremos de una pequeña azada y realizaremos un hoyo proporcional al tamaño de las raíces y a la hora de tranplantar las raices no deben quedar curvadas o dirigidas hacia arriba, tapar las planta hasta el cuello y regar inmediatamente después. No conviene el riego por aspersión, sino regar a la planta "bucheandola".


Planta de cebolla para plantar a raiz desnuda

Con cepellón.
   Es la práctica más común respecto a raíz desnuda, ya que la planta sufre menos y es una operación menos delicada, solo hay que realizar el hoyo proporcional al cepellón y enterrar hasta el cuello de raíz, seguidamente regar y luego acorchar con hierba cortada o paja alrededor del tallo u para evitar la formación de costra.





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