La hora de los consumidores



bancal de hortalizas al amanecer

   Estos días de lluvia y viento , en la huerta son momentos de incertidumbre. Tengo la planificación de cultivos hecha, la tierra preparada, pero la lluvia no me deja ni plantar ni sembrar y eso sin contar con el riesgo de heladas que todavía existe en esta zona, lo único que pude plantar son judías asociadas a espinacas, para que las primeras sombreen a las segundas y algunas lechugas. Mientras tanto he estado plantando lavandas, tomillos y romeros, a ver si me ayudan a combatir las plagas de los cultivos que se presentarán en primavera, ya que estas plantas atraen a muchos insectos auxiliares.

Plantación de judías asociada a espinacas
   Ayer estuve todo el día en la huerta, en contacto con la tierra mojada, observando y anotando a todas las aves que veía por la zona, por la noche llegué a casa y me visitó un amigo agricultor,  donde tuvimos una interesante conversación, acompañado de unos vinitos.

. Él me comentaba que al ponerse de "moda" la agricultura ecológica y los alimentos ecológicos, en un futuro inmediato, este tipo de agricultura se convertirá en lo que se ha convertido la convencional, me decía que estaban apareciendo grandes intermediarios que ven oportunidad de negocio y compraban a los agricultores ecológicos a precios irrisorios para cargarle como beneficio de hasta un 200% y venderlos  en grandes superficies a precios prohibitivos.

   Mi conclusión ante el pesimismo de este agricultor, es que no hay duda que una parte de la sociedad quiere y necesita alimentos sanos, pero también estos mismos reclaman un paisaje cuidado, agua limpia, pájaros en el campo, un contacto cultural directo con el agricultor,donde este le explica lo que hace, como lo hace y sus inquietudes y a la vez el agricultor recibe las sugerencias, ánimos y consejos de estos, es decir, estas personas también quieren un modelo agrícola (de donde proceden sus productos), que armonice con la naturaleza y con el mundo rural. Esto es posible y es lo que hacemos los pequeñitos agricultores, desde nuestras finquitas, una labor callada y diaria para poder vivir dignamente y poder ofrecer a esas personas alimentos saludables en armonía con el entorno.
Asociación de puerro con lechuga maravilla de verano y hoja de roble

   Está en nuestra mano, en la del consumidor, que somos todos, a no convertir los alimentos ecológicos en un producto de lujo solo al alcance de la parte de la sociedad más enriquecida  a tener un espacio donde  personas  intercambian sensibilidades y sabiduría. Está en nuestra elección de cada día que la agricultura ecológica no pierda sus raíces, sus principios y que se desarrolle de manera local, social, medioambiental  y solidaria.

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